
San Valentín, una rosa vale más que un regalo.
Un paseo por Wiki en busca del santo mas querido por las mujeres.
Porque esto fue el día de san Valentín,
cuando cada ave vino aquí a elegir su pareja.
-Geoffrey Chaucer-
Primero. ¿Quien no tiene un amplio concepto sobre este día? Ninguno. Todos estamos afectados por la obligada cursilería que nos demanda esta festividad. Es tan arraigada nuestra concepción sobre este asunto por que a pesar de ser tan opuestos hacia lo que requieren de ti ese día, siempre superas con creces las expectativas. La estupidez es una enfermedad muy contagiosa. El culito peligra si no te doblegas ante la onda romántica de la sociedad consumista y atolondrada. El amor es eterno, plausible ¿no? Pero siempre debes regar esa semilla(s) de detalles que no hagan desaparecer tus inmaculadas intenciones y mucho más en San Valentín.
Esta fecha es sobradamente aprovechada por los dignos “economistas informales” que se las ingenian en mil maneras para sacarte, para exprimirte todo el jugo material que se hallen en tus bolsillos rotos. Que día tan fatal para tus arcas de oro resguardadas en el banco que tú crees que aun no ha sido intervenido y fue el primero en realidad.
La linda parejita buscara abstraerse de la ya no increíble discordia política que embarga al país, tu mujer por las nubes ante las incesantes propagandas dirigidas por el cabrón de cupido. Creerá ingenuamente que su lugar, su sitial de honor en estas fechas ha de ser lo que le ofrecen los comerciales de TV, nada más fuera de la realidad; la suya (Yubireisleidis) y la de su novio el moto taxista.
Ella estará nerviosa todo el bendito día, observara atentamente como se desenvuelven las demás parejas. Tendrá envidia de sus amigas al ver los innumerables regalos que les son ofrendados, como las propias diosas y tal. Te esperara impacientemente con su obsequio de feliz día en la casilla de los msj. de texto en su celular y una cartita de amor escrita por un analfabeta (ella) en sus manos ya que cree que tu debes ser el primero en demostrar el “inmenso e imperdurable amor” que se tienen el uno al otro. Te añora en sus horas de nostalgia, avivadas por el ambiente de romanticismo barato que empaña a toda la ciudad. Te quiere y no te quiere. Ella quiere su reconocimiento primero. Te imagina llegando de sorpresa a su trabajo con un oso gigante que pesa el doble que tu, un racimo de rosas fulgurantes, una caja en forma de corazón que contienen chocolates de diversas formas y sabores y como si no bastara más en su pensamiento egoísta, detrás de ti coloca a una fila de mariachis 100% mexicanos junto a mi amigo Juanga, traídos en clase Business…
¡¿Por que?! ¿No le bastaría que plasmara mi firma para alargar por un año mas nuestro contrato? Un beso, un abrazo, un recuerdo. Una fotografía de nuestro tiempo que capture cada fragmento de nuestros gestos, cada pormenor de una felicidad que jamás volverá. Quizás podríamos ignorar a la marea de amor prematuro que se vuelca en las calles sin un sentido mínimo de lo que es un romance perdurable. Quizás olvidemos los rituales y nos riamos del 'establishment' en su afán de vaciar nuestros bolsillos por cada tontería que inventan. En San Valentín, sin guardarle ningún rencor a Chaucer o al obispo genovés ya que fueron altamente tergiversados y utilizados para los fines consumistas del capitalismo del siglo XXI, brotan las necesidades materialistas que encubren un fin humanista, el amor. ¿Por que se encubren tan fácilmente?
Hay un engaño colectivo que pretende cercenar las virtudes cultivadas en el candido y primerizo romance, aquellos días donde florecía la sinceridad (o parte de ella, por que aún no a habido peleas) y el amor era cuestión de de ustedes dos, unidos tirados en la grama esbozando la felicidad sempiterna en el firmamento con las sonrisas compartidas al unísono. Con tu piel perdida en su piel formando un desierto caluroso de caminos sinuosos. Desnudos en la cama, felices por satisfacer la necesidad de amar. Sin una sabana que los cubra, sin un indicio de amor material solo los dos… juntitos, apretaditos y agarraditos, Olga Tañon dixit.
Después de tanta palabrería ¿a quien no le gustaría un recuerdito de San Valentín? A nadie… pero sin perder la esencia del amor que los cultivo hasta hoy.
Y a los herejes de este mes, los sin amor. Los que son nostálgicos y los que aborrecen estos días. Los indiferentes y los hombres y mujeres crédulos que esperan un milagro de San Valentín. ¿Y ellos que? ¡Que se jodan! Son un asqueroso océano de piscianos EMOcionales que se siente aludidos por cupido, por que esperan de el, un amor que los haga sentirse mas acoplados con la marea de alienados que suspiran y celebran febrero y no los siga dejando solitos, afectados por la mitad mas uno del mundo (el mas uno siempre es alguien cercano que te termina de joder el día) que vive felizmente enamorado.
Por esto y mucho más, para seguir siendo feliz debes continuar haciendo lo que haces sin obedecer a nadie más que a ti y tu reflejo en el espejo. Al fin y al cabo uno mismo traza su ruta de felicidad, sean mentiras o verdades salpicadas por grosas mentiras. La ignorancia es una bendición. En fin, voy a regalarle una tarjetita virtual por San Valentín a mi amiga del otro lado del atlántico, esperare ansioso para saber si este año existe la reciprocidad que no ha sucedido en los años pasados. ¡A cruzar los dedos!
Un paseo por Wiki en busca del santo mas querido por las mujeres.
Porque esto fue el día de san Valentín,
cuando cada ave vino aquí a elegir su pareja.
-Geoffrey Chaucer-
Primero. ¿Quien no tiene un amplio concepto sobre este día? Ninguno. Todos estamos afectados por la obligada cursilería que nos demanda esta festividad. Es tan arraigada nuestra concepción sobre este asunto por que a pesar de ser tan opuestos hacia lo que requieren de ti ese día, siempre superas con creces las expectativas. La estupidez es una enfermedad muy contagiosa. El culito peligra si no te doblegas ante la onda romántica de la sociedad consumista y atolondrada. El amor es eterno, plausible ¿no? Pero siempre debes regar esa semilla(s) de detalles que no hagan desaparecer tus inmaculadas intenciones y mucho más en San Valentín.
Esta fecha es sobradamente aprovechada por los dignos “economistas informales” que se las ingenian en mil maneras para sacarte, para exprimirte todo el jugo material que se hallen en tus bolsillos rotos. Que día tan fatal para tus arcas de oro resguardadas en el banco que tú crees que aun no ha sido intervenido y fue el primero en realidad.
La linda parejita buscara abstraerse de la ya no increíble discordia política que embarga al país, tu mujer por las nubes ante las incesantes propagandas dirigidas por el cabrón de cupido. Creerá ingenuamente que su lugar, su sitial de honor en estas fechas ha de ser lo que le ofrecen los comerciales de TV, nada más fuera de la realidad; la suya (Yubireisleidis) y la de su novio el moto taxista.
Ella estará nerviosa todo el bendito día, observara atentamente como se desenvuelven las demás parejas. Tendrá envidia de sus amigas al ver los innumerables regalos que les son ofrendados, como las propias diosas y tal. Te esperara impacientemente con su obsequio de feliz día en la casilla de los msj. de texto en su celular y una cartita de amor escrita por un analfabeta (ella) en sus manos ya que cree que tu debes ser el primero en demostrar el “inmenso e imperdurable amor” que se tienen el uno al otro. Te añora en sus horas de nostalgia, avivadas por el ambiente de romanticismo barato que empaña a toda la ciudad. Te quiere y no te quiere. Ella quiere su reconocimiento primero. Te imagina llegando de sorpresa a su trabajo con un oso gigante que pesa el doble que tu, un racimo de rosas fulgurantes, una caja en forma de corazón que contienen chocolates de diversas formas y sabores y como si no bastara más en su pensamiento egoísta, detrás de ti coloca a una fila de mariachis 100% mexicanos junto a mi amigo Juanga, traídos en clase Business…
¡¿Por que?! ¿No le bastaría que plasmara mi firma para alargar por un año mas nuestro contrato? Un beso, un abrazo, un recuerdo. Una fotografía de nuestro tiempo que capture cada fragmento de nuestros gestos, cada pormenor de una felicidad que jamás volverá. Quizás podríamos ignorar a la marea de amor prematuro que se vuelca en las calles sin un sentido mínimo de lo que es un romance perdurable. Quizás olvidemos los rituales y nos riamos del 'establishment' en su afán de vaciar nuestros bolsillos por cada tontería que inventan. En San Valentín, sin guardarle ningún rencor a Chaucer o al obispo genovés ya que fueron altamente tergiversados y utilizados para los fines consumistas del capitalismo del siglo XXI, brotan las necesidades materialistas que encubren un fin humanista, el amor. ¿Por que se encubren tan fácilmente?
Hay un engaño colectivo que pretende cercenar las virtudes cultivadas en el candido y primerizo romance, aquellos días donde florecía la sinceridad (o parte de ella, por que aún no a habido peleas) y el amor era cuestión de de ustedes dos, unidos tirados en la grama esbozando la felicidad sempiterna en el firmamento con las sonrisas compartidas al unísono. Con tu piel perdida en su piel formando un desierto caluroso de caminos sinuosos. Desnudos en la cama, felices por satisfacer la necesidad de amar. Sin una sabana que los cubra, sin un indicio de amor material solo los dos… juntitos, apretaditos y agarraditos, Olga Tañon dixit.
Después de tanta palabrería ¿a quien no le gustaría un recuerdito de San Valentín? A nadie… pero sin perder la esencia del amor que los cultivo hasta hoy.
Y a los herejes de este mes, los sin amor. Los que son nostálgicos y los que aborrecen estos días. Los indiferentes y los hombres y mujeres crédulos que esperan un milagro de San Valentín. ¿Y ellos que? ¡Que se jodan! Son un asqueroso océano de piscianos EMOcionales que se siente aludidos por cupido, por que esperan de el, un amor que los haga sentirse mas acoplados con la marea de alienados que suspiran y celebran febrero y no los siga dejando solitos, afectados por la mitad mas uno del mundo (el mas uno siempre es alguien cercano que te termina de joder el día) que vive felizmente enamorado.
Por esto y mucho más, para seguir siendo feliz debes continuar haciendo lo que haces sin obedecer a nadie más que a ti y tu reflejo en el espejo. Al fin y al cabo uno mismo traza su ruta de felicidad, sean mentiras o verdades salpicadas por grosas mentiras. La ignorancia es una bendición. En fin, voy a regalarle una tarjetita virtual por San Valentín a mi amiga del otro lado del atlántico, esperare ansioso para saber si este año existe la reciprocidad que no ha sucedido en los años pasados. ¡A cruzar los dedos!